Puede reducir tanto el tamaño de las plantas como el número de vainas, lo que puede repercutir en el rendimiento del cultivo.

Durante el 2020, un equipo de investigadores del INTA Rafaela –Santa Fe– confirmó la presencia de la mosca del tallo de la soja. Se trata del primer registro de esta especie en un cultivo de soja en la Argentina.

La “mosca del tallo de la soja” es un díptero que pertenece a la familia Agromyzidae. Se trata de un insecto que pone huevos en las hojas nuevas y luego de 2 a 4 días nacen las larvas que migran hacia el interior del tallo barrenando y formando galerías. La larva es de color amarillento y mide de 2 a 3 milímetros. El período larval puede variar de 7 a 12 días. El estado de pupa se desarrolla dentro de la galería y tiene una duración de aproximadamente 10 días. El adulto mide 3 milímetros y es de color negro brillante. El ciclo de vida completo varía de 16 a 26 días.

Este insecto es originario de Asia. En la actualidad, está distribuido en Rusia, Australia, España, Brasil y Paraguay. La mosca del tallo de la soja puede reducir tanto el tamaño de las plantas como el número de vainas, lo que puede repercutir en el rendimiento del cultivo y en ataques tempranos puede provocar pérdidas de hasta el 35%. En la Argentina, esta especie fue reportada por primera vez en 2019 en cultivos de garbanzo en el norte de Córdoba.

Durante el 2020, un equipo de investigadores del INTA Rafaela –Santa Fe– confirmó la presencia de la mosca del tallo de la soja. Se trata del primer registro de esta especie en un cultivo de soja en la Argentina.

La “mosca del tallo de la soja” es un díptero que pertenece a la familia Agromyzidae. Se trata de un insecto que pone huevos en las hojas nuevas y luego de 2 a 4 días nacen las larvas que migran hacia el interior del tallo barrenando y formando galerías. La larva es de color amarillento y mide de 2 a 3 milímetros. El período larval puede variar de 7 a 12 días. El estado de pupa se desarrolla dentro de la galería y tiene una duración de aproximadamente 10 días. El adulto mide 3 milímetros y es de color negro brillante. El ciclo de vida completo varía de 16 a 26 días.

Este insecto es originario de Asia. En la actualidad, está distribuido en Rusia, Australia, España, Brasil y Paraguay. La mosca del tallo de la soja puede reducir tanto el tamaño de las plantas como el número de vainas, lo que puede repercutir en el rendimiento del cultivo y en ataques tempranos puede provocar pérdidas de hasta el 35%. En la Argentina, esta especie fue reportada por primera vez en 2019 en cultivos de garbanzo en el norte de Córdoba.

 

¿Qué hacemos frente a esta nueva plaga?

Entre las consideraciones de manejo, especialistas en entomología del INTA señalaron algunas estrategias para hacerle frente a este nuevo insecto:

- Dejar actuar los factores de mortalidad natural como los insectos benéficos. No conviene efectuar aplicaciones innecesarias en etapas tempranas del cultivo con insecticidas utilizados para controlar otros insectos.
- Rotar con gramíneas. Dada la gran variedad de hospedantes alternativos de la familia Fabaceae, no efectuar siembras consecutivas de leguminosas.
- Siembras tempranas o normales escaparían a los mayores picos de la plaga,que crecen con el avance de la estación estival.
- Cultivares de grupos de madurez larga tienden a tolerar y/o compensar efectos de herbivoría.
- Debido a que aún no se dispone de información local sobre el manejo de esta especie y a la aparente ausencia de síntomas externos en las plantas afectadas, no se recomienda ninguna práctica de control químico sobre los lotes de soja.

A su vez, se recomienda realizar monitoreos permanentes en lotes de soja para determinar la presencia y distribución de la especie.